viernes, 4 de septiembre de 2009

´Sufrí espejismos en el mar y veía maderas a las que agarrarme´

Abrumado por la repercusión que ha tenido el accidente marítimo de su mujer pero feliz de tenerla en casa. Hans Wienbeck se disculpó ayer ante la prensa porque Tanya no podía atender a los medios de comunicación. "Lo primero es ella" explicó este economista e informático alemán que disfruta en Dénia de la jubilación junto a su esposa ucraniana. La tarde del martes naufragaron con su catamarán, él pudo regresar hasta la costa, ella permaneció quince horas en alta mar hasta que unos pescadores la rescataron sobre las diez de la mañana del miércoles. Tenía claros síntomas de hipotermia y estaba deshidratada.

Tanya recibió el alta médica en el hospital a las ocho de la mañana de ayer, después de haber permanecido en observación en el área de urgencias durante 21 horas. "Está muy débil y necesita reposo" explicó su compañero. Pasó el día de ayer durmiendo con los ojos enrojecidos por el sol, el agua del mar y el cansancio. Para reponerse los médicos le aconsejaron que no le diera la luz directa y estaba en la cama con los ojos tapados.

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